Hay suburbios abiertos y cerrados, suburbios para ricos y suburbios para pobres, suburbios para seres humanos y para seres no humanos. Estos son suburbios para los seres no humanos.

No todo fueron maravillas durante los años del boom económico italiano. El desarrollo durante los años 50 y 60 trajo consigo grandes cambios sociales, un ejemplo es la gran migración interna de gente desde el sur hacia el norte de la península. La industria se concentra en Milán, Turín y Génova, de este modo las tres ciudades más importantes del noreste italiano se convierten en el destino de gente que abandona el campo en búsqueda de oportunidades dentro de una fábrica.

El aumento de la población aceleró el crecimiento urbanístico de las ciudades y así dio inicio el fenómeno de la especulación inmobiliaria. En esta crónica, Anna Maria Ortese retrata esta realidad en la que sólo algunos pueden darse el lujo vivir en el centro de la ciudad mientras que otros se ven obligados a vivir en la periferia.


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